Helicobacter mustelae es una infección bacteriana del revestimiento del estómago, desgraciadamente suele ser muy común en los hurones.
Animales en los que la infección se alargue por falta de tratamiento o por un tratamiento incorrecto (por lo general, los animales más viejos), pueden desarrollar problemas gástricos debido a la capacidad de las bacterias de disminuir la producción de ácido en el estómago.
Signos clínicos
Los signos mas evidentes de esta enfermedad, que no quiere decir que se den siempre todos, son:
- Alteración en las heces, vómitos
- Falta de apetito (anorexia) y los signos típicos de las úlceras gástricas (dolor abdominal).
- Una drástica pérdida de peso.
- El más significativo y relacionado con esta enfermedad es la aparición de diarreas con consistencia mucosa y color verdoso.
- La infección por Helicobacter y úlcera gástrica a menudo van de la mano.
Suele, frecuentemente, ser confundido erradamente por los veterinarios al diagnosticarlo con la ECE (Enteritis Catarral Epizootica) que es un virus, no una infección bacteriana.
El hurón suele estar completamente decaído, a menudo deja de comer, cambia el aspecto de sus heces, surge dolor abdominal, letargia e incluso a veces deshidratación, ya que en ocasiones dejan incluso de beber agua.
Diagnóstico
El diagnóstico requiere de medios y técnicas especiales no siempre disponibles, ya que no es posible asegurar la presencia de Helicobacter sin métodos invasivos. Sólo se puede localizar la bacteria haciendo una biopsia del píloro estomacal, por tanto la determinación de la enfermedad suele ser intuitiva basándose en los síntomas que se observen y en la frecuente presencia de esta enfermedad en hurones.
Tratamiento
Hay varios tratamientos posibles, pero siempre utilizando distintas combinaciones de antibióticos.
- La prescripción que se considera más adecuada ahora mismo para tratar la enfermedad es la combinación la claritromicina y amoxicilina, dos antibióticos de amplio espectro que cubren por completo las necesidades para asegurarnos la correcta eliminación de esta bacteria así como prevenir infecciones secundarias oportunistas.
- El metronidazol (el más famoso es el Flagyl) cada vez se desaconseja más, ya que ha demostrado no ser tan efectivo como la claritromicina u otros y se han observado efectos secundarios importantes en la utilización de esa medicación por períodos largos (puede resultar cancerígeno y extremadamente agresivo para el organismo de estos animales, puede causar anemia hemolítica, trombocitopenia, leucocitosis, aplasia medular con o sin remisión, convulsiones, etc.).
- Junto a estos dos antibióticos han de usarse protectores de la mucosa (Urbal es el mas adecuado, cantidad según peso 15-20 minutos antes de cada toma de comida como mínimo) y neutralizadores del ácido (Omeprazol, 1 toma diaria) durante 3 a 4 semanas como mínimo para asegurarnos de destruir cualquier rasto de la bacteria. Una infección producida por helicobacter que no sea bien curada puede producir enfermedades crónicas del sistema digestivo (problemas de absorción, intolerancias, etc.).
- Si no se trata adecuadamente la bacteria queda en el organismo de nuestro animal latente y en cualquier momento, sobretodo los asociados a bajadas de defensas, cambios bruscos de alimentación o enfermedades, puede resurgir de nuevo.
- Terapia nutritiva: Cuando esta enfermedad se produce, aunque se diera el extraño caso de que el hurón comiese por sí mismo, debemos sustituir su dieta por algo suave y digerible, como papillas preparadas para ellos con ingredientes suaves y de máxima absorción o latas de alimento húmedo de alta digestibilidad como las I/D Feline de Hills. Si el hurón se negara a alimentarse por sí mismo forzaríamos su alimentación dándole la papilla al menos 4-5 veces al día con una jeringa.
La infección no genera inmunidad y el hurón puede volver a contagiarse.
Artículo realizado por Andrea V.
Este artículo lo podéis encontrar en la página web de Nemrac Dolce Pecatto: http://huronesdolcepecatto.com/articulos/salud/helicobacter